Breve historia del origen del Camino de Santiago

Cuando se habla del origen e historia del Camino de Santiago se suele hacer alusión al descubrimiento de los restos del apóstol Santiago. Sin embargo, es imposible entender la importancia que tuvo este hito sin hacer mención a la labor evangelizadora que realizó Santiago el Mayor y al contexto social que se vivía en la península ibérica, durante la Edad Media.

Cuando se habla del origen e historia del Camino de Santiago se suele hacer alusión al descubrimiento de los restos del apóstol Santiago.

En este artículo te contamos todo lo relacionado con el origen e historia del Camino de Santiago. No solo sobre sus orígenes en la Edad Media, sino también sobre su historia contemporánea, la que acontece durante el siglo XX, con la recuperación de las rutas jacobeas.

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    La relación del Camino de Santiago con el apóstol

    La historia del origen del Camino de Santiago está estrechamente relacionada con la labor evangelizadora que realizó el apóstol Santiago en España y Portugal, en el viaje que realizó en el año 33 a.C. Si quieres saber más sobre la vida de Santiago el Mayor, puedes consultar el monográfico que dedicamos a su obra.

    La muerte de Santiago y el traslado de sus retos a Galicia

    Según la historia cristiana, el apóstol regresó a Israel, algunos años después, para acompañar a la Virgen María en su muerte. Fue allí, donde los estudiosos señalan que murió, en el año 44 a.C.

    Tras su muerte, dos de sus discípulos trasladaron su cuerpo hasta tierras gallegas. Según cuenta la leyenda, en una barca de piedra sin timón y sin vela. El Códice Calixtino, el libro más antiguo que documenta la historia del Camino de Santiago, recoge que para conseguir dar sepultura al apóstol, los discípulos tuvieron que enfrentarse a diversas emboscadas de la reina Lupe.

    Dice el saber popular, que fue el buey que tiraba del carruaje que transportaba los restos del apóstol Santiago, el que decidió el lugar donde instalar el sepulcro del santo. En la cima de una pequeña montaña, en Iria Flavia, el animal decidió descansar bajo un roble, hecho que se interpretó como una señal divina.

    Allí se levantó un mausoleo, conocido como Arca Marmárica. El templo, construido por la propia reina Lupe, tras su conversión al cristianismo, debía de servir de lugar de descanso para los restos del apóstol.

    A su cuidado quedaron los dos discípulos de Santiago, hasta su muerte. Momento en el que el sepultura de Santiago el Mayor cayó en el olvido.

    El descubrimiento de la tumba del apóstol

    Casi ocho siglos después, en el año 814, los restos fueron descubiertos por un ermitaño llamado Pelayo. Éste rápidamente informó al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, del hallazgo.

    Dado que, según cuenta la leyenda, fueron unos destellos de luz los que indicaron al ermitaño la presencia de la tumba, el lugar pasó a conocerse como “Campo de Estrellas” (Campus Stellae). Nombre con el que durante muchos años, se designó a la ciudad de Compostela.

    En seguida, el obispo Teodomiro afirmó que los tres cadáveres que descansaban en la tumba, recién descubierta, pertenecían al apóstol Santiago y a sus dos discípulos. En qué se basó para hacer tal afirmación, no queda muy claro.

    A fecha de hoy, se conocen algunos antiguos documentos que hacían algunas vagas referencias al lugar donde se encontró el Arca Marmánica. No obstante, aún, en la actualidad, no existen pruebas científicas que demuestren que, efectivamente, los restos encontrados pertenecían al apóstol Santiago.

    El origen del Camino de Santiago

    El obispo Teodomiro informó rápidamente al rey Alfonso II del sorprendente descubrimiento. Éste se encontraba recluido en el norte de la península ibérica, ante el avance aplastante de la conquista árabe.

    Cuando supo del hallazgo, el rey Alfonso II no tardó en lanzarse al camino para confirmar con sus propios ojos las palabras del obispo. Dicho descubrimiento podría ser el elemento que necesitaba para mantener la cohesión de su reino cristiano. En éste, la fe en Dios, de quien procedía su autoridad monárquica, comenzaba a resquebrajarse, ante el triunfo musulmán.

    Tras su visita, el monarca confirmó que los restos que allí se hallaba pertenecían al apóstol Santiago y ordenó levantar un templo que pudiese custodiarlos. Este hito marca el origen del Camino de Santiago, como ruta de peregrinación, ya que este templo, posteriormente, se convertiría en la Catedral de Compostela.

    Historia y origen de las rutas del Camino de Santiago

    Tras la peregrinación de Alfonso II y de difundir el descubrimiento entre la comunidad cristiana, tanto de España como de Europa, fueron numerosos los peregrinos que abandonaron sus hogares para seguir los pasos del monarca.

    Camino Primitivo

    Dado el peso que tenía el rey en la sociedad de la época y que el sur de la península ibérica era poco segura por las contiendas entre musulmanes y cristianos, la mayoría de los peregrinos siguieron la ruta que siguió el monarca, pasando por Oviedo. Ese recorrido es el que hoy se conoce como Camino Primitivo.

    Camino del Norte

    A medida que el número de peregrinos a Santiago de Compostela iba en aumento, y sin que aún los terrenos del sur fuesen seguros, algunas personas en búsqueda de un recorrido más sencillo, comenzaron a utilizar algunas de las calzadas romanas que bordeaban la cordillera cantábrica. Creándose así, el Camino del Norte.

    Camino Francés

    Con el avance de la Reconquista, el poder se trasladó de Oviedo a León. Castilla comenzó a ser más segura y se invitó a los peregrinos que llegaban desde toda Europa, a que utilizasen el Camino Francés, como ruta de peregrinación. Cuyo recorrido era mucho más sencillo que las dos anteriores rutas.

    Con la tradición de peregrinar a Compostela, ya instaurada, y una España mucho más segura, el Camino de Santiago alcanzó su época de esplendor.

    Con la tradición de peregrinar a Compostela, ya instaurada, y una España mucho más segura, el Camino de Santiago alcanzó su época de esplendor. Los reyes Sancho III el Mayor y Sancho Ramírez, de Navarra y Aragón, junto con Alfonso VI, de Castilla, pusieron todo lo que estuvo a su alcance para fomentar y consolidar la tradición jacobea.

    Pronto, el Camino de Santiago se convirtió en una ruta que movía mucha riqueza, tanto en términos de comercio como de cultura. Ello provocó que muchas personas se animasen a recorrerlo, a pesar de no contar con una fuerte devoción cristiana.

    Camino del Salvador y otros ramales a Oviedo

    A pesar del surgimiento de otras rutas mucho más sencillas que el Camino Primitivo, el paso por Oviedo continuó siendo, durante muchos años, de carácter obligatorio. No solo por la fuerte influencia que tuvo Alfonso II durante los primeros años de la historia del Camino de Santiago, sino también porque la Catedral de Oviedo custodiaba la mayor parte de las reliquias cristianas de la península.

    Fruto de lo anterior es la ruta que en la actualidad se conoce como Camino del Salvador y los diversos ramales que unen el Camino del Norte con el Primitivo. Además del famoso dicho popular que dice:

    “quién visita Santiago y no el Salvador, sirve al criado e ignora al señor”

    Cántico popular

    Otras rutas

    La historia del resto de rutas del Camino de Santiago, exceptuando la Vía de la Plata, no se vieron tan afectadas por el devenir de las contiendas entre cristianos y árabes. A continuación te explicamos la breve historia de las otras rutas del Camino de Santiago.

    Camino Inglés

    La historia del Camino de Santiago Inglés no se vio muy influenciada por el contexto bélico que se vivió en España durante la Edad Media. Dado que esta ruta discurre íntegramente por Galicia, desde Ferrol hasta Santiago de Compostela, siempre fue un trazado relativamente seguro.

    El Camino de Santiago Inglés fue el itinerario que escogieron los peregrinos ingleses, que llegaban en barco a Ferrol, para iniciar desde allí su andadura a Santiago de Compostela. La historia de esta ruta del Camino de Santiago es mucho más reciente que las tres anteriores.

    Existen referencias al Camino Inglés desde los primeros siglos de la peregrinación jacobea, ya que era el trazado que seguían los habitantes del norte de Galicia, para alcanzar la tumba del apóstol. No obstante, la consolidación de esta ruta no se produce hasta el siglo XII, cuando una escuadra de ingleses y flamencos desembarca en Ferrol, para dirigirse a Santiago de Compostela.

    El Camino Portugués

    El Camino Portugués también comenzó a ser utilizado desde los primeros siglos, no obstante, mientras otras rutas del Camino de Santiago vivían sus años de esplendor, este trazado era poco transitado. No es hasta la independencia de Portugal, en el siglo XII, que esta ruta comienza ganar importancia.

    Sin embargo, el auténtico auge de esta ruta se vive a partir del siglo XIV, con la peregrinación de la Reina Isabel de Portugal. La devoción de la monarca por el apóstol Santiago y su fuerte vínculo con la Iglesia católica la llevaron a ser conocida, popularmente, como la Reina Santa.

    Si bien, por Portugal discurren dos rutas jacobeas, hablar de la historia del Camino de Santiago Portugués es referirse básicamente al Camino Portugués Central. La Ruta de la Costa es mucho más reciente.

    El trazado de la costa solo se desarrolló cuando aparecieron las nuevas infraestructuras que permitían cruzar el río Miño, por A Guarda. Hasta ese momento, el único cruce posible era el que se efectuaba por Tui, siguiendo el Camino Portugués Central.

    La Vía de la Plata

    La Vía de la Plata es la ruta jacobea más larga, ya que une el Sur de la península ibérica con el Norte. La historia de este trazado del Camino de Santiago es incluso anterior al descubrimiento de los restos del apóstol Santiago.

    Durante la época romana, la Vía de la Plata ya se utilizaba como ruta de comercio. En los siglos en los que el sur peninsular estaba dominado por los musulmanes, esta ruta adquirió el nombre de Vía empedrada.

    La pronunciación en latín, de Vía empedrada, resultaba muy complicada para los hispanoparlantes. Esto provocó que los cristianos se refiriesen a ella como Vía de la Plata, ya que la fonética resultaba muy similar entre ambos conceptos. Por tanto, su nombre nada tiene que ver con su pasado comercial, tal y como parece intuirse, en primera instancia.

    Cuando el avance de la Reconquista lo permitió, muchos de los cristianos que habían vivido en las tierras musulmanas del sur, a quienes se les denominó mozárabes, iniciaron su andadura a Compostela. De este a oeste, los cristianos del sur abandonaron sus hogares para rendir culto a la tumba del apóstol.

    De ahí, que la Ruta de la Plata sea, hoy en día, un complejo trazado dividido en diversas secciones. Los peregrinos del sureste tomaban lo que hoy se conoce como Camino Mozárabe, para alcanzar Mérida. Allí se unían a los que venía desde Cádiz o Sevilla, siguiendo la ruta suroeste.

    El Camino de Finisterre

    El Camino de Finisterre es otra ruta, cuya historia es anterior al Camino de Santiago. Tal y como te contamos en el artículo que dedicamos a los orígenes de la Ruta al Fin del Mundo, el trazado que unía Santiago de Compostela al Cabo de Finisterre era una ruta pagana.

    No obstante, muchos de los peregrinos en la Edad Media, tras alcanzar la tumba del apóstol Santiago, decidieron continuar su recorrido hasta el lugar donde se creía dormía el sol. Este hecho llevó a la Iglesia católica a dotar de simbología cristiana al Camino de Finisterre. De esta forma, el Camino de Finisterre acabó siendo considerado un epílogo del Camino de Santiago.

    La época de declive y olvido

    Todas las rutas del Camino de Santiago cayeron en desuso entre los siglos XIX y XX. La Desamortización de Mendizábal, también conocida como desamortización española, junto con la Revolución Francesa, hicieron tambalear la fe cristiana y acabaron con gran parte de la infraestructura religiosa de la que se valían los peregrinos para alcanzar Compostela.

    La Desamortización de Mendizábal

    Por desamortización española se entiende el proceso en el que el Estado expropió, de manera forzosa, todas las tierras y bienes que se encontraban en manos de la Iglesia católica y las órdenes religiosas. El objetivo de este movimiento, tal y como su nombre indica, fue recaudar fondos para amortizar la deuda pública.

    La Desamortización de Mendizábal

    Si bien, a lo largo de la historia existieron diversos procesos de desamortización, la más que afectó al Camino de Santiago fue la conocida como Desamortización de Mendizábal. Ésta se realizó entre 1835 y 1837; y fue una de las más importantes.

    Como resultado de lo anterior, muchas de las órdenes religiosas que gestionaban los monasterios y hospitales de peregrinos tuvieron que abandonarlos. Muchas de esas propiedades cayeron en manos de la nueva burguesía española.

    La Revolución Francesa

    La perdida de poder de la Iglesia no se produjo solo en términos materiales. La Revolución Francesa, del siglo XIX, también implicó un cambio de valores y creencias en la sociedad de la época.

    El Poder Divino cayó en cuestión, tanto en Europa como en España. En contraposición, la Ilustración abogaba por principios como la razón y la igualdad. La fe ciega que se profesó durante la Edad Media en Dios, y por ende en los milagros del apóstol Santiago, entró en crisis y con ella, el Camino de Santiago.

    Durante casi dos siglos las rutas del Camino de Santiago fueron completamente olvidadas. Sobre muchas secciones de los trazados originales se construyeron carreteras y se levantaron viviendas.

    Historia contemporánea del Camino de Santiago

    La historia contemporánea del Camino de Santiago se remonta al año 1965, cuando se recuperó parte del trazado original del Camino Francés. Dicha labor fue posible gracias al Libro V del Códex Calixtinus, considerado la primera guía del Camino de Santiago.

    Sin embargo, no es hasta el año 1980 que los caminos comienzan a acondicionarse para que pudiesen volver a funcionar como rutas de peregrinación. Para ello, se señalizaron los trazados con flechas amarillas y conchas de vieira. También se recuperaron algunas de las infraestructuras anteriores, como hospitales y monasterios, o se construyeron nuevas, a fin de facilitar que los peregrinos pudiesen encontrar lugares donde dormir.

    A diferencia de la Edad Media, en la que el Camino de Santiago estaba gestionado por entidades eclesiásticas, la recuperación de la tradición jacobea, durante el siglo XX, estuvo en manos de instituciones laicas. La proliferación de asociaciones de Amigos del Camino de Santiago y el trabajo de muchos voluntarios fue lo que permitió recuperar la mayoría de rutas jacobeas.

    A medida que se dotaba de infraestructura a las trazados jacobeos, se realizó un fuerte esfuerzo por difundir la historia del Camino de Santiago. Por lo que pronto las rutas volvieron a llenarse de peregrinos.

    Reconocimientos institucionales

    Los reconocimientos institucionales a la labor realizada, no tardaron en llegar. En el año 1985, la ciudad de Santiago de Compostela, que se había levantado sobre el Campus Estelae, fue catalogada como Patrimonio de la Humanidad.

    Posteriormente, en 1987, el Camino de Santiago fue declarado Itinerario Cultural Europeo. En 1993, año jacobeo, más de 100.000 peregrinos visitaron la tumba del apóstol.

    Ese mismo año, la Unesco concedió al Camino Francés el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad. Dicen que dado el alto número de rutas jacobeas existentes, la catalogación recayó sobre el Camino Francés por ser la ruta más transitada durante la Edad Media.

    El Camino de Santiago hoy en día

    Desde entonces, el número de personas que recorren las rutas del Camino de Santiago no ha hecho sino aumentar. En la actualidad, las motivaciones para hacer el Camino de Santiago son muy diversas y aunque las rutas jacobeas siguen considerándose vías de peregrinación, no es solo la fe cristiana la que guía los pasos hasta Compostela.

    Como ves, la tradición jacobea es un legado con casi 2.000 años de antigüedad. Esperamos que te haya gustado la breve historia del origen del Camino de Santiago que te hemos explicado en este artículo. Si es así, no dudes en compartirla con tus amigos en Facebook.

    No queremos despedirnos, sin compartir contigo otro artículo que creemos que será de tu interés. Nos referimos al post que dedicamos a las lecciones que aprenderás en el Camino de Santiago.

    Para finalizar solo recordarte que si te animas a hacer el Camino de Santiago y quieres contar con una agencia especializada que te ayude a organizar el viaje, no dudes en contactarnos. Puedes utilizar nuestro formulario, dejarnos un comentario al final de este artículo o escribirnos por Facebook. Nuestro equipo resolverá todas tus dudas.

    ¡Buen Camino!